5. Principio del Ritmo - El Kybalión
El gran quinto principio hermético ―el principio de ritmo― incorpora la verdad de que en todo hay manifestada una moción medida; un movimiento hacia delante y hacia atrás; un flujo y un influjo; una oscilación hacia delante y hacia atrás; un movimiento como de péndulo; una mengua y una crecida como de marea; entre los dos polos manifiestos sobre los planos físico, mental o espiritual. El principio de ritmo está conectado estrechamente con el principio de polaridad descrito en el capítulo precedente. El ritmo se manifiesta entre los dos polos establecidos por el principio de polaridad. Esto no significa, sin embargo, que el péndulo del ritmo oscile hasta los polos extremos, pues esto raramente sucede; de hecho, es difícil establecer los opuestos polares extremos en la mayoría de los casos. Pero la oscilación es siempre «hacia» un polo primero y después el otro.
Hay siempre una acción y una reacción; un avance y una retirada; una elevación y un hundimiento; manifestados en todos los aires y fenómenos del universo. Soles, mundos, hombres, animales, plantas, minerales, fuerzas, energía, mente y materia, sí, incluso espíritu, manifiestan este principio. El principio se manifiesta en la creación y destrucción de mundos; en la elevación y caída de naciones; en la historia de la vida de todas las cosas; y finalmente en los estados mentales del hombre.
«Todo fluye afuera y adentro; todo tiene sus mareas; todas las cosas se elevan y caen; la oscilación del péndulo se manifiesta en todo; la medida de la oscilación hacia la derecha es la medida de la oscilación hacia la izquierda; el ritmo compensa.»
— El Kybalión