Encarna, esa compañera de viaje que apareció en mi vida en un momento puntual para transitar juntos este sendero de camino llamado “Vida”. Compartimos juntos ese caminar, esas inquietudes, ese crecer, esos instantes… Acompañándonos en este sendero y permitiéndome en todo momento re-descubrir-me a mí mismo cada día a través de mi propio instante, de mi propia esencia, de mi propia vida… Solo puedo manifestar un sentimiento hacia Encarna: Gratitud.
Unas palabras de Encarna para nosotros:
Durante muchos años de mi vida he estado buscando la seguridad, lo socialmente correcto, no siendo consciente que esa falsa seguridad en realidad es el miedo a lo desconocido. Me repetía constantemente que la vida era así y que era lo que me había tocado vivir… ¡Eso era lo correcto para mí! , era lo normal y mi entorno así lo mostraba.
Me hacía muchas preguntas, cosas que no me cuadraban, contradicciones internas y buscaba respuestas. Buscaba, pero siempre buscaba fuera, en los demás, en mi entorno, en los acontecimientos que me daba la vida, hasta que en un momento muy concreto me di cuenta que fuera de mí no estaban las respuestas que buscaba, las respuestas estaban dentro, no tenía que buscar fuera… Tenía que mirar muy dentro de mí.
Al principio no me gustaba lo que veía y sentía dentro de mí… Ahí empezó un trabajo personal profundo de descubrimiento interno.
Fui consciente que debía tomar decisiones que me aterraban, pero había algo que salía de muy adentro que me decía que tenia que accionar, traspasar el miedo a lo desconocido, a la incertidumbre, a la comodidad de lo conocido y dejar de reaccionar ante todo como había hecho siempre. Esa decisión, esa acción, ese movimiento, ha provocado un giro en mi vida. Fue entonces cuando realmente empecé a ser consciente que yo conducía mi vida, que yo era la única responsable de ella.
Durante mucho tiempo había intentado confiar en las leyes del universo, en la vida, en los demás… Pero en ese momento de mi vida me di cuenta de que no era cuestión de intentarlo, comprendí profundamente que la confianza debía estar en mí.
Desde ahí empiezo a observarme y a prestar atención a las señales que mi entorno y mi Ser me muestran, empiezo a ser muy consciente de todo lo que tengo que trabajarme internamente, consciente de las situaciones que la vida me va poniendo delante, situaciones y personas en las que me veo reflejada. Así voy identificando y conociendo cada una de las energía que están en mí, energías que hasta entonces yo creía que eran de los demás, soy consciente de mis carencias, mis miedos, mis apegos, en definitiva, mis sombras.
Desde ese reconocimiento interno puedo alumbrar mis sombras y, a medida que voy trabajando en ellas, aparecen las respuestas a mis eternas preguntas: ¿quién soy?, ¿para qué estoy aquí?, ¿qué es la vida? Solo desde la integración profunda de “quién y qué soy” en mí, he comenzado a vivir desde la confianza plena, comprender las leyes del universo, sólo entonces desaparece el miedo… Vivo desde la confianza, sin expectativas, sin esperar resultados, pero a la vez muy lejos del pasotismo y del conformismo, del “eso es lo que toca vivir”.
Vivo sintiendo que soy la única responsable de mi vida y que esa comprensión me da la plena Libertad como Ser Espiritual que soy. Sigo con mi trabajo personal, soy consciente que mientras siga encarnada en este espacio maravilloso llamado Tierra, este no terminará…. Ese es el motivo por el que estamos aquí, ¡solo ese!
— Encarna Navarro